La ley contemplará la creación de un “DNI provisional” para los transexuales/Fuente:Wikimedia.
La ideología de género se empeña en borrar las diferencias entre hombre y mujer. Y sus imposiciones ideológicas han ido evolucionando hasta llegar a leyes de transexualidad, que permiten el cambio de sexo a menores como la aprobada recientemente por la Comunidad de Madrid.
Durante décadas los llamados “estudios de género” han conseguido imponer la visión de que la identidad de una persona es un componente completamente separado de la identidad sexual. La conclusión a la que han llegado los grupos LGTB y feministas es que las diferencias entre hombres y mujeres son únicamente una “construcción social”.



Sin embargo, la ciencia ha refutado una y otra vez estas teorías a pesar del silenciamiento que sufre todo aquel que se atreve a cuestionar el pensamiento único en el que se engloba la ideología de género.
De este modo, el profesor de Neurología de la Universidad de Siena, Antonio Federico, afirma de manera categórica que “los datos científicos muestran diferencias claras entre el cerebro masculino y femenino, diferencias que son genéticas, hormonales y en la estructura anatómica y fisiológica, con consecuencias importantes en la función cerebral e incluso de ciertas enfermedades”.
Antonio Federico: “Mujeres y hombres son diferentes no sólo en la anatomía sino también en el uso de uno de los órganos más importantes del cuerpo, por ejemplo el cerebro”
Es decir, ser hombre o mujer no se puede disfrazar con vestimentas, con una operación o con hormonas sino que va más allá. “Mujeres y hombres son diferentes no sólo en la anatomía y en la manera de afrontar la vida sino también en el uso de uno de los órganos más importantes del cuerpo, por ejemplo el cerebro”, agregó. Y es que estas diferencias provocan que un hombre y una mujer tomen decisiones distintas debido a sus diferencias cerebrales.
Por su parte, el prestigioso neurocirujano y profesor en la Universidad del Sagrado Corazón de Roma explica que existen cualidades y comportamientos específicos de cada sexo. “El hombre tiene un cerebro que sigue los esquemas basados en la racionalidad mientras que las mujeres son más intuitivas. Esto significa que las mujeres son mejores en la multitarea, en habilidades sociales y son más empáticas. Los hombres, sin embargo, sobresalen en actividades motrices y son más capaces de analizar el espacio”, asegura, tal y como recogeUCCR.
Estos datos que muestran los científicos son perceptibles en el día a pesar de que el lobby LGTB pretende ocultarlo. De hecho, el conocido conferenciante estadounidense Mark Gungor traduce los argumentos de los científicos a la vida real.

Un extransexual dice lo que hay detrás del cambio de sexo

Sin embargo, muchas personas están sufriendo e incluso muriendo porque se les oculta la verdad. El pensamiento dominante vende que uno puede ser hombre o mujer cuando le plazca pero la realidad es que el problema va mucho más allá.
El extransexual Walter Heyer manda este mensaje al lobby LGTB: “Aunque sus intenciones sean buenas, muchos activistas en favor de la aceptación del transgénero están evitando, en realidad, que las personas transexuales reciban la ayuda que necesitan”.
Walt Heyer escribe la carta 'Yo era una mujer transexual' para concienciar sobre el problema de la identidad de género
Walt Heyer escribe la carta ‘Yo era una mujer transexual’ para concienciar sobre el problema de la identidad de género/SexChangeRegret
Citando su propia experiencia, Heyer asegura que “las personas transgénero no nacen así; evolucionan a partir de experiencias que modelan sus emociones y deseos”.
Él mismo recordaba que pensaba que con el cambio de sexo le llegaría la felicidad pero no fue así. “Con el tiempo descubrí que vivir como una mujer no me daba la paz”, indicó, antes de añadir que “hasta que tomé la decisión de dejar de vivir como Laura y hacer todo lo posible para volver a ser Walt no hallé la paz. Estar abierto a la posibilidad de volver a ser un hombre cambió todo”.

Las estadísticas que muestran la realidad

Pero además las estadísticas son claras y muestran los problemas que se generan por intentar separar identidad y sexualidad. Un estudio publicado en el Journal of Adolescent Health realizado en Boston en 2015 comparó los historiales clínicos de 180 jóvenes transexuales con otro grupo de jóvenes no transexuales.
Las conclusiones son abrumadoras. Los transexuales tenían una probabilidad de dos a tres veces mayor de sufrir trastornos mentales, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas e intentos de suicidio y también autolesiones.
Un estudio afirma que después del cambio de sexo, las personas con transexualismo tienen riesgos notablemente más altos de mortalidad y conducta suicida
Los propios autores del artículo admitían que “un porcentaje notablemente superior de pacientes adolescentes y jóvenes transexuales sufrían problemas de salud mental en comparación con los jóvenes cisgéneros (personas que se sienten bien con su sexo)”.
Otro estudio que se publicó en 2011 en PLoS One con una muestra de 300 personas que se habían sometido a un cambio de sexo en Suecia. Las conclusiones son similares al del otro informe.
En este caso, los investigadores aseguran que “después del cambio de sexo, las personas con transexualismo tienen riesgos notablemente más altos de mortalidad, conducta suicida, patología psiquiátrica que el conjunto de la población”. Además, añaden que “nuestros resultados indican que el cambio de sexo, aunque alivia la disforia de género, puede ser un tratamiento insuficiente para el transexualismo, y deberían llevar a mejorar la atención psiquiátrica y médica a este grupo de pacientes tras el cambio de sexo”.