miércoles, 25 de enero de 2017

Familias expulsadas de sus hogares por ser evangélicos





JALISCO, MÉXICO. – Siete familias evangélicas pasaron viviendo en una bodega abandonada después de haber sido expulsados de su pueblo en México, debido a su fe. Los evangélicos fueron expulsados ​​de la comunidad Tuxpan de Bolaños, en el estado de Jalisco, por el voto de los residentes.
Rosa Blanca Vázquez de la Rosa estaba entre los evangélicos excluidos de la comunidad.

“Fuimos colocados en furgonetas y nos dejaron fuera de la comunidad”, dijo al sitio web World Watch Monitor. “No teníamos nada más que la ropa en nuestro cuerpo”.
El sufrimiento de estas familias es otro ejemplo de la lucha librada por los evangélicos en las zonas rurales de México, compuesta por una población de mayoría católica. Según la organización Puertas Abiertas, las familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares por “motivos religiosos”.   

 

“Debido a que son evangélicos, los líderes indígenas los consideran incompatibles con su cultura y tradiciones religiosas”, dijo el representante de Puertas Abiertas de América Latina, Dennis Priti. 

Dennis se pregunta si los 2000 habitantes de Tuxpan de Bolaños tenían base legal para desalojar a estas familias. “Los líderes indígenas dicen que tienen la autoridad, protegida por la Constitución, para gobernar el sitio en base a sus usos y costumbres”, dice. 



“Al mismo tiempo, la Constitución federal también garantiza la libertad religiosa y los derechos humanos, no se puede obligar a nadie a salir de su casa por cualquier motivo, incluyendo la religiosa”.
El año pasado, Rose y otras familias pasaron viviendo en refugios temporales proporcionadas por el gobierno. En este caso fue en una bodega.


Ella dice que trató de regresar a su pueblo, pero encontró resistencia. “Ellos lanzaron piedras a la casa donde dormíamos, trataron de romper la puerta y el techo”, dice.
Por esta razón, algunas familias tienen miedo de volver a casa y quieren ser reubicados. “El gobierno del estado no sabe qué hacer, porque si decide que el grupo debe regrese a su casa está violando la autonomía indígena, pero por lo demás están violando los derechos humanos y la libertad religiosa”, dijo Dennis.
“Por esta razón, la estrategia de la aldea es simplemente esperar, jugando con el tiempo y con la esperanza de que las familias probablemente pierdan la esperanza y simplemente se trasladen a otro lugar”, agregó.

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