viernes, 28 de abril de 2017

La terrible historia de las monjas embarazadas, mira lo que hizo el vaticano con sus hijos




En el mundo hay miles de historias tristes, crueles y punzantes que son guardadas como grandes secretos hasta que alguien decide salir a la luz y liberarse de aquella carga. En general las más grandes historias de este tipo causan tanto impacto en las personas, que muchas veces son llevadas a la gran pantalla como la historia de la que queremos hablar hoy.   


Esta conocida película se lama Las Inocentes y cuenta una terrible historia sobre el brutal abuso que sufrieron un grupo de monjas polacas en manos del temible ejército rojo de la Unión Soviética después de que a Segunda Guerra Mundial diera fin. Todo comenzó aquel año de 1945, cuando la guerra finalizó y Polonia fue liberada del ejército Nazi, todos pensaban que llegarían tiempos mejores, pero no fue así.  



Para este grupo de monjas el inferno acababa de empezar ya que los miembros del ejército rojo se encargaron de abusar, maltratar y asesinar a muchas de ellas. La historia se dio a conocer por medio de una doctora llamada Madeleine Pauliac quien fue la encargada de atender la labor de parto de muchas de ellas ya que la misma se había unido a las resistencias francesas al inicio de la guerra y más tarde fue trasladada a Polonia al mando de un hospital francés.





























Pauliac fue la que atendió a una de las monjas que discretamente le pidió guardar el secreto y le contó esta terrible pesadilla. "Habían 25 monjas. 15 de ellas fueron abusadas y asesinadas, el resto sufrieron violaciones entre 30 y 50 veces" explica la doctora que decidió adentrarse en este convento para ver cómo se encontraban de salud estas mujeres.






Cuando entró se llevó una desagradable sorpresa, muchas de ellas sufrían de severos problemas de salud y estaban embarazadas, por lo que decidió ayudarlas a poco a poco, de hecho atendió los partos de muchas de ellas y realizar abortos a aquellas que por motivos de salud el requerían, fue sin duda una experiencia desgarradora, más aún para las víctimas que tenían que vivir con la idea de no poder denunciar el sanguinario ejército a órdenes de Stalin, para preservar la imagen de la religión ante la sociedad.    



Fue hasta hace poco tiempo que esta historia salió a la luz ya que el Vaticano guardaba éste como uno de sus secretos más grandes y aunque los responsables de estas atrocidades nunca pagaron por sus actos y de hecho nunca se conocieron los sus nombres, lo que sí sabemos es que la vida de estas mujeres y sus hijos quienes se presume que más tarde fueron asesinados en nombre de la iglesia para considerarse impuros, quedó marcada para siempre.




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