El término «ecumenismo» proviene del latín, «œcumenicus» y del griego, «οικουμενικός» (oikoumenikós) y éste a su vez de «οἰκουμένη» (oikoumenē), y significa “lugar o tierra poblada como un todo”. El término ya era usado en el Imperio Romano para referirse a la totalidad de las tierras conquistadas. Sin embargo, en la literatura de la época romana el término tenía un significado político-imperial que superaba el sentido geográfico: implicaba «el mundo como unidad administrativa, el Imperio Romano».
En otras palabras, ecumenismo es la tendencia o movimiento que busca la unidad de las distintas confesiones religiosas (Testigos de Jehová, Mormones, Musulmanes, Adventistas, Católicos, Budistas, Brahamistas, Evangelicos etc etc..
Cual es la postura de la Iglesia Católica con respecto al ecumenismo? Los siguientes datos son oficiales:
Ecumenismo católico
La Iglesia Católica, bajo una falsa careta de preocupación por la "división" de los cristianos (dicen ellos), continúa el movimiento ecuménico, a través de distintas acciones.
El catolicismo expresa lo siguiente en su
En 1925 se organizaron encuentros llamados "Diálogos de Malinas", entre el cardenal Mercier, arzobispo de Malinas y primado de Bélgica, y los anglicanos.
En 1930, el padre José Metzger fundó la asociación "Una Sancta", con el objetivo de fomentar el ecumenismo.
El Padre Watson, fundó el "Octavario por la Unión de los Cristianos". Consiste en dedicar cada año ocho días de oraciones y estudio a favor de la unión de los cristianos, del 18 al 25 de enero. Este octavario actualmente ha adquirido dimensiones mundiales.
En 1960, el Papa Juan XXIII, funda el "Secretariado para la Unión de los Cristianos". Fue puesto bajo la presidencia del Cardenal Agustín Bea, es el organismo católico por excelencia para promover la unión de los cristianos.
El "Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo" (Unitatis Redintegratio), presenta las bases doctrinales y las líneas de acción práctica del ecumenismo católico. Fue promulgado por el papa Paulo VI el 21 de noviembre de 1964, durante la celebración del Concilio Ecuménico Vaticano II.
Citaremos unos datos mas y vamos a leer lo que dice la Biblia
El Movimiento Ecuménico Internacional busca unifircar a todas las religiones bajo una sola bandera. Este concepto no es nuevo, pues fue en la Torre de Babel donde la humanidad tuvo por primera vez una sola mente y un solo propósito: "hagamonos un nombre, por si fuéramos esparcidos" (Génesis 11:4).
En 1994 se firmó un acuerdo llamado "Católicos y Evangélicos Juntos", en el cual se acordó el reconocimiento de la unidad de doctrinas entre católicos y evangélicos. Este famoso acuerdo pasó por alto las enormes diferiencias teológicas que existen entre los dos grupos, incluyendo la misma salvación y la autoridad de la Biblia.
Cierto que Jesús dijo que todos fueramos UNO, si es VERDAD, Jesús lo dijo en San Juan 17:21-23, pero LOS DEL CUERPO DE CRISTO, SU IGLESIA, porque todos los miembros de la Iglesia somos un solo cuerpo y somos miembros de los unos de los otros con Cristo Jesús como la cabeza (Colosenses 1:18, 1 Corintios 11:3, 1 Corintios 12:12, 1 Corintios 12:27), Romanos 12:5, no unidad de los de adentro con los de afuera, no los frios con los calientes, no los santos con los profanos, no los espirituales con los carnales, no es una unidad ni con los brujos ni con los que claman por los muertos, ESO ES DEL DIABLO!
El Catolicismo Romano enseña que el Papa es el "Vicarius Dei Fili" (el representante del Hijo de Dios" en el mundo, que sólo en Roma hay salvación, que se necesitan (aparte de la muerte de Cristo) el uso de los sacramentos y las buenas obras para la salvación del alma, y que la Biblia no es la única autoridad de fe y conducta para los cristianos.
¿Es esto lo que enseña las Sagradas Escrituras? ¡Claro que no!
Hechos 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
Este Movimiento Ecuménico está totalmente equivocado, pues enfatiza el amor y la unidad a expensas de la verdad bíblica doctrinal, pero... ¡no se puede sacrificar la verdad a cambio de la unidad!
Las enseñanzas de Cristo derriban todos los sistemas de pensamiento religioso y filosóficos que existen, denunciándolos como inadecuados para solucionar el más profundo problema que aqueja al ser humano: ¡el pecado!
El apóstol Pablo no se unió a los judaizantes, que decían amar a Jesús, porque predicaban otro evangelio: Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. (Gálatas 1:8).
Judas, uno de los hermanos de Jesús, denunció a los falsos infiltrados sigilosamente en la iglesia, y que pervertían la gracia de Dios: Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. (Judas 1:4).
El apóstol Juan, no buscó la unidad de los que habían apostatado, pues nunca fueron realmente verdaderos cristianos: Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. (1 Juan 2:19).
Pedro jamás unió su vida con los falsos profetas y maestros que habían seguido el camino de Baal (2 Pedro 2:15).
Y así vemos triste y patéticamente, de qué manera tan opuesta a la Biblia, cientos de cristianos están siendo guiados actualmente por caminos equivocados, por falsos apóstoles (ahora prevalece la "apostolítis", profetas y maestros que usan las artimañas del error para desviar del verdadero camino a las ovejas que el Señor ganó con su propia sangre.
No cabe duda que vivimos tiempos peligrosos, en los que se necesitará muchísimo discernimiento para poder ser librados de la increíble confusión política, religiosa y espiritual en la que el mundo está sumergido actualmente.
Pero las palabras del Señor Jesús siguen alumbrando y dirigiendo el camino de aquellos que aman la verdad: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". (Juan 8:12).
¡NO AL ECUMENISMO!
2 Corintios 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré su Dios,
Y ellos serán mi pueblo.
17 Por lo cual,
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis lo inmundo;
Y yo os recibiré,
18 Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
La Nueva Era
Mucha gente se pregunta si es posible que algún día las diversas religiones que existen se pudieran fusionar en una sola, pues la mayoría de ellas reflejan diferentes clases de ideas y pensamientos respecto a la vida y a Dios, y casi todas se contradicen entre sí.
Por ejemplo, el Hinduismo adora a millones de dioses; el Budismo es una religión atea que no tiene ningún dios a quien adorar; el Islam adora a Alá, predicado por Mahoma; el Mormonismo enseña que somos dioses, los Testigos de Jehová enseña que Jesús no es dios y que el infierno no existe; la Cienciología o diánetica, inventada por el inglés, Roh Hubbard, es una mezcla de psicoanálisis freudiano, filosofías orientales y positivismo, etc.
Sin embargo, el surgimiento moderno de la filosofía de la Nueva Era crea la posibilidad de poder fusionar muchas religiones en una sola.
¿De qué manera? En que la premisa de esta nueva filosofía religiosa consiste en enseñar que cada miembro de la humanidad tiene la capacidad de convertirse en un dios o llegar a la iluminación por medio de sí mismo.
Esta enseñanza tuvo su origen en las filosofías orientales, las cuales enseñan que ya somos o podemos convertirnos en dioses, pues cada persona puede escoger el camino a través de cualquier religión y al creer que todas las religiones llevan a dios, todas son aceptadas como correctas y pueden ser compaginadas. ¡En qué incríble engaño y confusión vive la humanidad!
Hace dos mil años el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mi"
(Juan 14:6).
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