miércoles, 10 de mayo de 2017

Un estudio sobre los genes de hombres y mujeres deja sin argumentos a la ideología de género






Cerca de 6.500 genes humanos codificadores de proteínas, reaccionan diferente en el sexo masculino y femenino. Este dato hace caer el mito de la ideología de género que considera que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social y / o cultural.



El profesor Shmuel Pietrokovski y el doctor Moran Gershon, ambos investigadores del Departamento de Genética Molecular del Instituto Weizmann de Ciencias, han revelado que cerca de 6.500 genes humanos codificadores de proteínas, reaccionan diferente en el sexo masculino y femenino.


Este descubrimiento hace caer el mito de la ideología de género que considera que la diferencia entre hombre y mujer es un hecho social y / o cultural, es decir, una construcción en lugar de un hecho biológico o natural.




En un reciente artículo de su institución, los científicos indican que para identificar los miles de genes recurrieron al proyecto GTEx, un estudio muy amplio de la expresión genética humana registrado por numerosos órganos y tejidos en el cuerpo de cerca de 550 donantes adultos .

"Este proyecto permitió, por primera vez, trazar el mapa integral de la estructura genética del sexo humano diferencial", detallan,

Después, ambos investigadores examinaron cerca de 20.000 genes codificadores de proteínas, clasificándolos por sexo y buscando diferencias en la expresión de cada tejido.

Eventualmente identificaron alrededor de "6.500 genes con actividad que estaba sesgada hacia un sexo u otro en al menos un tejido".



La expresión genética para la construcción muscular fue mayor en los hombres; y para el almacenamiento de grasa fue mayor en las mujeres


Por ejemplo, encontraron genes que estaban altamente expresados ​​en la piel de los hombres en relación con los de la piel de las mujeres, y se dieron cuenta que estaban relacionados con el crecimiento del vello corporal.

La expresión genética para la construcción muscular fue mayor en los hombres; y para el almacenamiento de grasa fue mayor en las mujeres.

El mapa detallado de estos genes, publicado en la revista científica BMC Biology, proporciona pruebas de que los hombres y mujeres experimentan "una especie de evolución separada", que también se interconecta.


Todo comenzó cuando hace varios años, Pietrokovski y Gershon se preguntaron la razón de por qué es común la prevalencia de algunas enfermedades humanas.

Vieron que las mutaciones que afectan a la fertilidad eran relativamente generalizadas, donde cerca "el 15% de las parejas que tratan de concebir se definían como infértiles".

Para los científicos, el "sentido común" les decía que estas mutaciones, que "afectan directamente la supervivencia de la especie mediante la reducción del número de hijos, debieron haber eliminado rápidamente por selección natural".


En su estudio, los expertos demostraron que las mutaciones en los genes específicos de la formación de esperma persisten precisamente "porque los genes se expresan sólo en los hombres".


"Una mutación que es problemática sólo para la mitad de la población, no importa como perjudicial sea, pasa libremente a la próxima generación para la otra mitad".


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